martes, 17 de diciembre de 2013

Teoría Basica de Jabones

    
1. Producción de jabón.

El jabón sirve para la higiene personal y para lavar algunos objetos. El jabón es una mezcla de sales de ácidos grasos. La fuente de los ácidos grasos pueden ser los aceites triglicéridos de origen vegetal o la grasa de origen animal, como el sebo de res.

La etapa fundamental de la fabricación de jabón es la saponificación, donde ocurre la reacción Grasa + álcali→ jabón + glicerina; sin embargo el proceso, ya sea industrial o artesanal, consta de dos etapas más: el salado o sangrado (separación de la glicerina y el álcali que no ha reaccionado del jabón) y el moldeado.

2. Historia.

La manufactura del jabón existe aproximadamente hace 5000 años. Ciertos documentos muestran que el jabón fue manufacturado en el Medio Oriente (específicamente en Babilonia) por la mezcla caliente de cenizas, agua y grasa animal. El carbonato de potasio en las cenizas reacciono con la grasa y se convirtió en un jabón. Los antiguos Egipcios regularmente se bañaban y limpiaban su piel con este jabón. Los Árabes y los Romanos perfeccionaron el arte de hacer jabón y experimentaron con diferentes grasas y aceites, incluyendo aceites aromáticos para añadir fragancia a los jabones. Ellos encontraron que la sal ayudaba a endurecer la pasta de jabón. En las ruinas de Pompeya (Italia) han sido encontradas fábricas de jabón e incluso algunas barras.

Alrededor de la Edad Media la fabricación de jabón se extendió por Europa y algunas ciudades como Venecia fueron el centro de una extensiva industria jabonera. Los tipos de jabón producidos en el norte de Europa eran diferentes de aquellos procedentes del Mediterráneo. Los europeos del sur usaban aceite de oliva para hacer jabón de alta calidad para cuidado personal y para lavar ropa. Estos jabones estaban prácticamente libres de impurezas alcalinas. También, el tipo de álcali usado en la fabricación de jabon afectaba la calidad y las propiedades del mismo.

3. Acción limpiadora.

El jabón está conformado por sustancias de naturaleza muy contradictoria, es un surfactante. La eficacia del jabón como agente limpiador se debe a su naturaleza anfifílica, tiene una parte lipofílica (apolar) por medio de la cual se une la grasa o el aceite y una hidrofílica (polar) que tiene afinidad por el agua; de esta manera el jabón forma una emulsión con la grasa y el agua removiendo la suciedad. Cuando el jabón se ha disuelto en el agua, las moléculas de jabón afines a los aceites, son atraídas por las manchas de suciedad de la piel o de las telas y forman una capsula alrededor de las partículas llamada micela. Estas micelas se suspenden con facilidad en agua porque está cubierta de grupos carboxílicos hidrofílicos del jabón. La mezcla resultante de dos fases insolubles (grasa y agua), con una fase dispersa en la otra en forma de pequeñas gotas, se llama emulsión, entonces se dice que la grasa se ha emulsificado por la solución de jabón.


4. La saponificación.

El proceso de fabricación de jabón se lleva a cabo gracias a una reacción química llamada saponificación.

La saponificación es la hidrólisis con catálisis básica de grasas y aceites para producir jabón.

Los aceites vegetales y las grasas animales son triglicéridos (esteres de glicerina con ácidos grasos), y al ser tratados con una base fuerte como sosa (NaOH) o potasa (KOH) se saponifican, es decir se produce el jabón (sal del ácido graso) y la glicerina (glicerol). La reacción química que se efectúa en la fabricación de jabón se puede representar en forma general como sigue:


La saponificación consta de dos etapas, la descomposición de los ingredientes en sus partes útiles y la reacción de estas para producir el jabón.

Las grasas y los aceites se componen de triglicéridos, pero no se puede hacer jabón a partir de ellos; es necesario que se descomponga en ácidos grasos y glicerol. Los ácidos grasos son un elemento primordial en el proceso de elaboración de jabón, en cambio el glicerol aunque es útil no es fundamental.

La desintegración de un triglicérido en sus componentes se denomina hidrólisis. En contacto con el agua todo los esteres, incluidos los glicéridos se descomponen en sus componentes, glicerina y un ácido graso. La fórmula siguiente representa el proceso de hidrólisis de la triestearina, un triglicérido que da lugar a la glicerina y el ácido esteárico.


En el proceso de fabricación de jabón, el agua hace llegar el hidróxido de sodio a todos los rincones del recipiente, permitiendo así que se produzca la hidrólisis. Cuando el agua y las grasas se mezclan, tan solo una pequeña parte del aceite se disuelve en el agua. Es decir, el agua corriente tan solo descompone ligeramente las grasas y los aceites, por esto debemos añadir hidróxido de sodio al agua.

Durante la hidrólisis, los iones de hidróxido de la sosa atacan el átomo de carbono que se encuentra en el extremo carboxilo de los ácidos grasos liberándolos del triglicérido. Una vez separados los ácidos reaccionan con un ion de sodio y forman el jabón. A continuación tres iones de hidróxido reaccionan con el glicerol y dan lugar a la glicerina.

Todas las reacciones químicas requieren que los reactivos estén en contacto, por lo tanto es un problema que la solución caustica (álcali) y las grasas no se mezclen. Sin embargo las grasas y aceites aparte de contener triglicéridos siempre contienen una pequeña cantidad de ácidos graso libres. Cuando se añade la solución alcalina a la grasa se saponifican primero los ácidos grasos libres formando porciones considerables de jabón que actúa como un excelente agente emulsionante. La grasa no saponificada se disgrega gracias a la formación del jabón, aumentando la superficie de contacto entre los reactivos, esto incrementa la velocidad de la reacción. Por lo tanto, una buena forma de acelerar el proceso de saponificación es agregar una pequeña porción de jabón ya formado a la mezcla de reacción.

La eficacia del jabón puede verse afectada si el agua donde se emplea es muy dura. El agua dura es ácida o contiene iones de calcio, magnesio o hierro. En agua ácida las moléculas de jabón se protonan para formar los ácidos grasos libres. El acido graso flota en la superficie como precipitado de nata ácida.

En el caso de los otros iones (calcio, magnesio o hierro) estos reaccionan con el jabón formando sales insolubles llamadas natas de agua dura.

5. Efecto de la temperatura en la fabricación de jabón.

En el proceso de producción de jabón se logra un mejor control de la temperatura de la reacción mientras menor sea la misma, normalmente a menos de 90 ºC. En general la mayoría de los jabones se pueden fabricar dentro de una amplia gama de temperaturas, pero el fabricante de acuerdo a su experiencia es el que decide la temperatura que favorece su producción.

Tiempo de cuajo:

El tiempo de cuajo es un cálculo de la cantidad de hidróxido de sodio que reacciona con la grasa y los aceites por unidad de tiempo. Está directamente relacionado con la velocidad a la que se efectúa la mezcla, el grado de saturación de las grasas y los aceites, la fuerza de la solución de sosa, el porcentaje de agua utilizado y a veces también está relacionado con las temperaturas de elaboración del jabón.

Mientras mayor sea la agitación es más rápida la reacción. Los preparados altamente saturados cuajan más rápido que los altamente insaturadas. Mayores concentraciones en las soluciones de sosa producen un cuajo más efectivo. Las temperaturas más bajas (27-32ºC) producen cuajos más rápidos para los preparados con altos porcentajes de grasas y aceites insaturados, pero si se bate la mezcla de forma suficientemente rápida al parecer los preparados saturados cuajan rápidamente a temperaturas entre los 27ºC y los 54.5 ºC.

Tolerancia a los aditivos:

Algunos nutrientes y aceites esenciales no reaccionan de buena manera a temperaturas por debajo de los 23.8 ºC y por encima de 49ºC. Es más probable que el jabón elaborado bajo estas temperaturas presente cambios químicos al exponerlo a nutrientes a temperatura ambiente y a aceites esenciales y perfumados. Las mezclas preparadas entre 27 ºC y 38 ºC producen una mezcla de jabón que acepta mejor los aditivos.

La mayoría de los aceites esenciales toleran una amplia gama de temperaturas durante la elaboración del jabón sin endurecerlo, separarlo o invertir el proceso de saponificación. Sin embargo, no se puede establecer un patrón general para las esencias siempre es mejor probarlas en pequeños lotes de jabón y se deben agregar (junto con los nutrientes) a una temperatura que minimice el impacto (temperaturas medias).

Estabilidad de los componentes:

Los componentes más sensibles en la elaboración del jabón son los ácidos grasos, provenientes de aceites y grasas, y las enzimas y vitaminas de los nutrientes. Puede que no soporten una larga exposición a temperaturas altas, estos componentes se conservan mejor si durante el proceso las temperaturas son bajas.

Tiempo de espera:

Algunos fabricantes de jabón prefieren trabajar en caliente porque no tienen que esperar que la sosa se enfrié para ser agregada a las grasas. Sin embargo, la solución alcalina se puede preparar en grandes cantidades con anticipación para ser añadida a temperatura ambiente (18-27ºC) a las grasas más calientes (43-49ºC), pero se debe tener cuidado al almacenar la solución ya que si no se tapa herméticamente podría suavizarse.

Granos del jabón:

La mayoría de las personas no ve ninguna diferencia entres los granos de jabón preparados a temperatura alta o a baja. A temperatura baja se logra un grano fino, húmedo y denso; en cambio a temperatura alta ocurre todo lo contrario, los granos son secos y más grandes.

El cuajado en las pastillas:

El cuajado de una mezcla jabonosa es la formación de trozos sólidos, blancos y aperlados que componen la pastilla final y que son indeseables ya que dañan el jabón, y es vulnerable a las altas temperaturas durante el proceso.
El jabón caliente se debe mezclar de forma rápida y constante, es menos probable que el cuajado ocasione problema si se usa un mezclador mecánico, debido a que la velocidad de la mezcla es rápida y constante. Si al mezclar manualmente hace pausas es casi seguro que este se cuaje.

Finalización del proceso de saponificación:

Cuando el jabón ha endurecido y está preparado para poder utilizarlo, toda la solución de sosa disponible debe haber reaccionado con las grasas y aceites. Solo una parte de los ingredientes se han unido y reaccionado cuando la mezcla de jabón se vierte en los moldes el resto del proceso de reacción de la saponificación se produce durante el periodo de aislamiento y solidificación.

La reacción de saponificación está dirigida por el calor, aunque no se aplica calor extremo a la mezcla, la propia reacción produce el calor y el jabón lo retiene y lo utiliza para que la reacción se pueda seguir produciendo. Ciertamente las temperaturas altas producen pastillas de jabón bien saponificadas, pero las temperaturas más frescas también. Se sabe que las temperaturas altas mejoran el contacto de los ingredientes y dan más oportunidades de reacción. Pero el jabón puede que siga y, al mismo tiempo, desafié esta regla.

Incorporación de ingredientes con altos puntos de fusión:

Cuando se añaden ingredientes con altos puntos de fusión como la cera de abeja (punto de fusión 60ºC), es mejor agregarlos junto con las grasas y aceites para que se saponifiquen juntos. Si se añade durante el cuajo aparecerán pequeños trocitos de cera que no desaparecen en las pastillas finales.

Capacidad de producción de lotes pequeños:

El calor y el mezclado influyen directamente en la reacción de saponificación, aunque no se requiere una gran cantidad de calor. Los lotes pequeños retienen menos calor que los grandes y normalmente se producen a temperaturas un poco más altas. A pesar de que una temperatura de 27 ºC genera suficiente calor para que se pueda producir la reacción de la saponificación aun cuando se mezcla en forma enérgica y continua, se recomienda que la producción de lotes de menos de 2.3 Kg se realice ente 38ºC y 43 ºC.

Los aspectos más importantes se resumen en la tabla 1.

Tabla 1: Temperaturas de procesamiento y características de la elaboración de jabón.


Tablas 2: Álcali necesario para saponificar aceites, grasas o ceras corrientes


6. Materias primas.

Los dos ingredientes fundamentales en la fabricación de jabones son las grasas y aceites y las soluciones alcalinas.

Grasas y aceites:

Las grasas y aceites son los componentes por excelencia del jabón, ocupan cerca del 70% 80% de su peso total. Muchas grasas y ácidos comunes son clasificados químicamente como triglicéridos o esteres de ácidos grasos. Su estructura es muy compleja, consiste en un glicerol que tiene conectado tres moléculas de ácidos carboxílicos (ácidos grasos). En algunas grasas, la cadena ácida es la misma y en otras tienen diferentes estructuras. Los ácidos grasos pueden ser clasificados como saturados o insaturados dependiendo de la presencia de dobles enlaces. Los ácidos oleico, linoleíco y linolénico son todos insaturados; mientras que los ácidos láurico, mirístico, esteárico y palmítico son moléculas saturadas. Las grasas solidas tienden a contener ácidos grasos saturados y los aceites se componen, en mayoría, de ácidos grasos insaturados.


Tabla 3: Estructura y punto de fusión de ácidos grasos comunes. 


La mayoría son tanto de origen vegetal como de origen animal. La distinción de los triglicéridos en ácidos y grasas es necesariamente arbitraria, depende del estado que tengan a temperatura ambiente en su lugar de origen. Generalmente, los aceites son líquidos (aceites de origen vegetal) y las grasas son solidas (grasas de animales).

Los aceites de uso alimenticio siempre son refinados, blanqueados y desodorizados para remover los ácidos grasos libres, el color, el mal olor y los sabores indeseados. Pero para los jabones el tratamiento de las grasas y aceites no es tan riguroso; los ácidos grasos libres no son una desventaja, además en la mayoría de los casos se añade colorantes y fragancias a las barras finales que enmascaran su olor y color original, y por el sabor obviamente no hay que preocuparse.

Un buen jabón nunca se hace con un solo aceite, su formulación depende de las exigencias y necesidades que se desean cubrir. Los ácidos grasos provenientes de los triglicéridos deben contener preferiblemente de 12 a 18 átomos de carbono. La elección del aceite o grasa es en parte cuestión de estética. Se debe vigilar la intensidad del color del aceite y el olor.

Otra consideración importante que se debe tener en cuenta es la caducidad o estabilidad. Los aceites líquidos por ser insaturados se combinan mejor con el oxígeno que las grasas saturadas, como el aceite de coco o el de palma. La oxidación hace que se enrancien, en general, los aceites con alta proporción de ácido linolénico son los menos estables y los más propensos a enranciarse. Pero esto es un poco simplista, porque hay muchos otros factores que influyen en la estabilidad de un determinado aceite, como las condiciones de producción, el tipo de recipiente, la temperatura de almacenamiento y la presencia de antioxidantes naturales. Se puede decir con seguridad que si se empieza con aceites comprados recientemente que huelan bien al abrirlos, el jabón resultante podrá conservarse mucho tiempo guardado.

En la tabla 4 se muestra la composición de los ácidos grasos de algunos triglicéridos y en la tabla 5 se muestra sus propiedades.

Tabla 4: Composición de los ácidos grasos de algunos triglicéridos*.

*En la tabla 4 el número que acompaña al símbolo C es el número de átomos de carbono y el número que sigue a los dos puntos indica la cantidad de insaturaciones.


Tabla 5: Propiedades de las grasas y de los aceites corrientes para la fabricación de jabón.


        Como se ve los aceites y grasas que se componen de ácidos grasos con menor número de átomos de carbono facilitan la producción de espuma pero no tienen una buena acción limpiadora, en cambio los que se componen en su mayoría de ácidos grasos con una mayor cantidad de átomos de carbono aunque no dan buena espuma tienen excelentes propiedades limpiadoras. También cabe destacar que los que tienen mayor cantidad de átomos de carbono son más amigables con la piel.

En base a estos aspectos se escoge que tipo de aceite usar y en qué proporción, de esto depende la calidad del producto. En particular se va a puntualizar las propiedades del aceite de coco, el de oliva y el de palma porque son los que posiblemente se usaran en la fabricación de nuestro jabón.

Aceite de coco:

El aceite de coco constituye el elemento principal de la mayoría de las formulas de jabón líquido, el motivo es que el ácido láurico que predomina en él es muy soluble en agua. La solubilidad también conlleva que el jabón haga una espuma rápida y abundante. Los minerales que contienen las aguas duras disminuyen la espuma, ya que forman sales de calcio y magnesio insolubles, por lo tanto los jabones de aceite de coco son los que dan mejor resultado con aguas no desmineralizadas.

Un jabón de aceite de coco al 100% es líquido incluso cuando la proporción es de 40% de jabón y un 60% de agua. Por su parte, un jabón de aceite de oliva empieza a cuajar a concentraciones más bajas (20%).

Un inconveniente del aceite de coco es el efecto deshidratante del ácido láurico. Esta inconveniencia se puede remediar mezclándolo con aceites líquidos, como los de oliva o cánola. El aceite de semilla de palma se puede sustituir por aceite de coco porque tienen una distribución de ácidos grasos similar, pero necesita aproximadamente un 20% menos de solución caústica para ser neutralizado.

Aceite de palma:

El aceite de palma posee características que lo hacen ideal como base para jabones de manos opacos. Proporciona una pastilla solida y duradera, que hace una espuma abundante y consistente. Esta calidad deriva de los ácidos palmítico y esteárico que forman principalmente este aceite. Los jabones formados por este aceite son insolubles en agua. El aceite de palma y el sebo tienen características similares y se pueden usar indistintamente.

Aceite de oliva:

El aceite de oliva, que es acido oleico en un 85%, ha sido durante siglos el favorito de los fabricantes de jabón. Penetra la piel mejor que la mayoría de aceites vegetales. Los jabones resultantes son hidratantes y suaves, por lo que el aceite de oliva es una base excelente para jabones y champú de bebés. Además produce una espuma fina y ligera, una mezcla de 10 a un 20% de aceite de coco con un 80 o 90 % de aceite de oliva proporciona un jabón con más espuma. En lugar de aceite de oliva se puede usar aceite de almendra debido a que tiene propiedades similares.

Álcalis:

Todos los jabones, ya sean líquidos o sólidos, se originan por la reacción de un álcali sobre los ácidos grasos. Del hidróxido de sodio y los ácidos grasos se obtiene una pastilla de jabón dura debido a la cristalización del sodio. Los jabones de sodio son opacos porque los cristales hacen que las ondas de luz reboten contra la superficie. Los jabones transparentes también pueden tener una base de sodio, pero se puede ver a través de ellas porque los cristales de jabón se han disuelto con disolventes como alcohol, glicerina o azúcar. Las ondas de luz atraviesan la pasta dando al jabón un aspecto transparente.

El hidróxido de potasio es la base de todos los jabones líquidos. El potasio es mucho más soluble que el sodio y menos propenso a formar cristales. Los jabones líquidos son claros porque la luz los atraviesa sin obstáculos prácticamente del mismo modo que atraviesan una barra de jabón transparente.

7. pH de los jabones comerciales.


8. Aditivos.

Hay una variedad de aditivos que pueden ser formulados en las barras de jabón para proveer beneficios adicionales a los consumidores o para modificar la presentación de los productos.

Ácidos grasos libres.

Las barras de jabón son naturalmente alcalinas, debido a las propiedades del jabón en el agua y al proceso utilizado en su manufactura que en su mayoría deja un ligero exceso de álcali.

Los ácidos grasos libres, comúnmente el de coco o el de semilla de palma, se añaden en la formulación para neutralizar este exceso. A menudo niveles de 1 a 8% de ácidos grasos se incorporan en la fórmula para modificar la presentación del producto. Los ácidos grasos libres se asocian con el jabón formando cristales ácidos de jabón, que cambian la textura, plasticidad y formación de espuma de la barra. Estos jabones son mas lisos y duraderos, ademas su espuma es mas estable, cremosa y densa. Sin embargo, puede que la estabilidad del color y el olor del producto final se degrade porque la degradación de los acidos grasos es mas rapida que la del jabón. Otros materiales se pueden usar para lograr el mismo efecto, por ejemplo ceras y trigliceridos. Estos agentes tambien actuan como excelentes emolientes.

Glicerol (glicerina).

Es un ingrediente común para el cuidado de la piel debido a sus propiedades hidratantes. Un 10% de glicerina ha demostrado que cambia significativamente la suavidad de la piel del consumidor. Desafortunadamente, niveles altos de glicerol pueden volver el jabón extremadamente suave y pegajoso.

Colorantes, tintes y pigmentos.

Es muy común modificar la apariencia o propiedades estéticas de las barras de jabón a través de la incorporación de varios colorantes y opacadores. El material usado comúnmente para aclara y blanquear las barras de jabón es el dióxido de titanio, en concentraciones menores al 0.8%, pero siempre se usan acompañados de los colorantes o tintes deseados o algún blanqueador. Los tintes que se usan son casi exclusivamente de drogas, cosméticos o comida.

Algunos fabricantes prefieren inertes o pigmentos inorgánicos para producir coloración. Los pigmentos tienen una ventaja sobre los tintes; ellos tienes un color más estable y no son solubles en agua. El último atributo es importante para productos con rayas o dos tonos, porque las tintas solubles pueden migrar en el producto modificando el contraste de los tonos presentados.

Fragancia.

Una estética clave para la aceptación del consumidor de productos de limpieza personal es la fragancia del producto. El perfume es utilizado por los fabricantes de jabones como uno de los principales medios de focalización de productos para grupos específicos de usuarios y connota en diferentes posiciones de marketing. Un objetivo secundario de la fragancia es enmascarar el olor base del jabón. Por lo general, el desarrollo de la fragancia se lleva a cabo por las casas de perfume que se centran en las necesidades del desarrollo en el atractivo del producto. Por ejemplo, las fragancias para productos desodorantes suelen ser impactantes en la piel, además permiten una larga duración de la fragancia. Una gran cantidad de productos que aparecen en el mercado están diseñados para personas con piel sensible. Los tipos de fragancias y los niveles utilizados en estos productos de piel sensible son tales que enmascaran los olores base del jabón mientras que proporciona un suave perfume, lo que refuerza su suavidad o la compatibilidad con la piel. Los niveles de la fragancia están típicamente en el rango de 0,7 a 1,5%, pero los productos para la piel sensible contienen niveles mucho más bajos.

Quelantes y Antioxidantes.

Los jabones, ácidos grasos, y las fragancias son susceptibles a la oxidación durante el envejecimiento. El proceso de oxidación es muy complejo, pero normalmente los resultados de la reacción de los enlaces no saturados con estos componentes con el oxígeno en el aire, son la formación de una cadena más corta de aminoácidos, aldehídos y cetonas, las cuales son muy aromáticas. Por lo tanto, la oxidación puede producir un cambio en el olor del producto y causar decoloración en la barra. Para minimizar la oxidación de la base del jabón y otros ingredientes menores en las barras se utilizan comúnmente quelantes y antioxidantes.

Los quelantes en concentraciones de 0,1 a 0,2% mejoran la estabilidad de la oxidación a través de la formación de complejos de los iones metálicos, por ejemplo, el hierro, que catalizan los procesos oxidativos. Ejemplos de los quelantes utilizados son el ácido pentasódicodietilentriaminopentaacético(DTPA), ácido tetrasódicoetilendiaminotetracético (EDTA), etidronato de sodio (EHDP), y ácido cítrico. El silicato de magnesio, se formó en el jabón húmedo a través de la reacción de iones de magnesio y silicatos, es otro quelante de uso común en las barras de jabón simple.

Los antioxidantes se utilizan también en combinación con quelantes para mejorar aún más el olor del producto y la estabilidad del color. Los antioxidantes trabajan químicamente atrapando a los radicales libres formados durante el proceso de oxidación, disminuyendo significativamente la tasa de la reacción de degradación. El Butilhidroxitolueno (BHT), es uno de los antioxidantes comúnmente utilizados, se suele incorporaren los niveles de 100-200ppm en la formulación. BHT se añade con frecuencia directamente a la fragancia para mejorar la estabilidad en el almacenamiento del material limpio.

Aditivos para la piel

El aumento de la frecuencia de los baños y la necesidad cambiante de los consumidores ha hecho necesario el desarrollo de productos que tienen beneficios para la piel. Además de los dos aditivos más comunes, ácidos grasos y glicerol, hay una gran cantidad de otros aditivos que son de uso frecuente. Algunos ejemplos son la lanolina, vitamina E, gel de aloe vera, aceite mineral, y bicarbonato de sodio.

Materiales inertes se utilizan a veces en las barras de jabón como un medio para mejorar la suavidad de la piel. Los agentes de limpieza en altas concentraciones en algún momento pueden secar e irritarla piel. Existen una gran variedad de materiales inertes, se pueden mencionar los siguientes: la avena, dextrina, almidón, cera y talco. Estos materiales también se pueden depositaren la piel durante lavado, y modificarlas propiedades de enjuague de la barra de jabón y afectan la percepción del consumidor del producto y sus propiedades estéticas.

Las tecnologías más recientes se han utilizado en la fabricación de jabones de barra, que realmente mejora la suavidad de la piel. Un enfoque de estas tecnologías se basa en la minimización de los niveles generales de las especies irritantes como el lauratos y las especies no saturadas a través de adecuados equilibrio de las materias primas.

Agentes antimicrobianos.

Los agentes antimicrobianos se han utilizado durante varios años en las barras de jabón como un medio de proporcionar más protección desodorante a través de su eficacia residual a suprimir el crecimiento de bacterias que causan el mal olor. Es un hecho que se cree que estos jabones pueden proporcionar beneficios adicionales a causa de su capacidad de controlar la microflora en la superficie de la piel. Uno de tales beneficios puede ser la reducción en el nivel o la frecuencia de las infecciones leves de la piel mediante el control del nivel de Staphylococcusaureus en su superficie. Los ingredientes que se utilizan comúnmente en jabones en barra son: triclorocarbanalideo TCC (Triclocarbán) y éter triclorohidroxidifenylo TCS (Triclosan). Estos compuestos se utilizan normalmente en concentraciones de 0,25 a 1,5%en el producto final.

9. Salado del jabón.

Durante la saponificación se añade sal a la caldera para producir grumos o gránulos. Como la sal es electrolito, reduce la solubilidad del jabón en la fase acuosa o lejía, por lo que el jabón se separa de la solución.

Esta precipitación del jabón se llama saladura o graneado del jabón. Manteniendo un grano blando en el jabón durante la saponificación se evita el espesamiento de la masa, con formación de nódulos duros que ocluyen grasas sin saponificar y que dificultan la producción de un jabón de buena calidad.

10. Secado.

Un contenido 78 a 80% de ácidos grasos es necesario para la fabricación de jabones de alta calidad. El contenido de ácidos grasos puede ser aumentado en el secado. Jabones doméstico y de tocador se secan al contenido de agua de aprox.24%y 12%, respectivamente. Al mismo tiempo, el jabón debe ser enfriado a 20- 30 ° C para proporcionar la fuerza necesaria para su posterior procesamiento. El sistema de vacío en spray ha sido la primera selección a pesar de la revolución técnica en la industria del jabón desarrollada después de la segunda guerra mundial. El Agua se evapora y el jabón se expande a una presión de 20 a 40mbar, que al mismo tiempo se enfría de 20 a 30° C. El vapor de agua se elimina del sistema de vacío por la condensación.

11. Obtención industrial de jabón.

Proceso por lotes (Kettle boiled batch process).

En la industria la reacción de saponificación se efectúa en inmensas calderas de acero que pueden contener cerca de 130 toneladas de material. Las grasas y aceites se mezclan primero con hidróxido de sodio en la caldera. Los restos de jabón y sal de procesos anteriores permanecen en la caldera para promover la formación de una emulsión en la mezcla. La sal también ayuda en la solidificación del jabón.

La mezcla se hierve usando vapor a alta presión y temperatura que proviene de los inyectores dentro de la caldera. La inyección de vapor también juega un papel importante en el mezclado. Al final de la reacción de saponificación se añade salmuera caliente y vapor para separar el jabón y lavar el glicerol libre. La mezcla se asienta por varios días. La pasta de jabón gradualmente se recoge en la superficie. La capa acuosa (bajo el jabón) que contiene glicerol disuelto es removida y la salmuera reciclada. La glicerina se extrae por neutralización del álcali remanente y luego la solución se destila para remover el agua, seguida por una destilación a baja presión del glicerol. El glicerol es usado en muchos productos de cuidado personal y farmacéuticos y como reactivos para la manufactura de nitroglicerina.

La pasta de jabón se lava con agua para remover el exceso de sal y álcali. Luego se pasa el jabón a un secador de spray al vacio. Al final de este proceso, el jabón contiene cerca de 12 % de agua. Después se convierte en pequeñas bolitas que se combinan con fragancias y colorantes antes de mezclarlos de nuevo. Si el jabón va a ser presentado en barras, el sólido es extruido, moldeado y cortado hasta la forma deseada antes de empacarlo. Pero si el jabón se requiere en polvo para usar en lavanderías, este es pasado por pulverizadores (secadores spray) para producir un polvo fino.

Proceso continuo de saponificación

En este proceso, la capacidad de la planta se divide en tres o seis calderas separadas. La saponificación se lleva a cabo de manera continua en un reactor con un sistema de reciclo. Un extractor liquido- liquido se usa para separa el jabón, la glicerina y la solución alcalina. Todo el proceso toma solo unas pocas horas y requiere menos espacio en la planta. Otra ventaja de este proceso es que se necesita menos vapor por ton de jabón producido (100-150Kg/h) que la saponificación discontinua en calderas (800-1000Kg/h). tambien es importante destacar que el consumo de energía es mayor en el proceso continuo (35-45 KWh) que en el proceso por lotes (2-3-KWh). Por lo tanto este proceso es rentable solo para la producción de minimo 50 toneladas de jabón por día.


Proceso por neutralización de ácidos grasos

Fue desarrollado en 1940 y ahora es el método más usado en la manufactura de jabón. El proceso ocurre en dos pasos. En el primer paso, se usan altas presiones (5 MPa) y altas temperaturas (250 ºC) para romper los esteres de ácidos grasos (glicerol y ácidos grasos). La reacción se efectúa en largos tubos de acero (20m de largo * 1m e diámetro) en presencia de un catalizador (óxido de zinc). Las grasas y aceites con el vapor para formar glicerol y ácidos grasos. Remover el glicerol ayuda a incrementar el rendimiento de ácidos grasos, ya que el siguiente equilibrio se desplaza hacia los productos:

Los ácidos grasos se purifican y se destilan en columnas fraccionadas para obtener diferentes fracciones. Estas se pueden mezclar de cierta manera para ser usadas en el segundo paso del proceso.


  En el segundo paso, varias fracciones de ácidos grasos son estequiometricamente neutralizados con bases como hidróxido de sodio o potasio para producir el jabón.

Esta reacción de neutralización es exotérmica por lo tanto las condiciones de operación se controlan para evitar la ebullición de la mezcla. El jabón se recupera por medio de la separación tradicional.

Proceso de Fabricación del Jabón







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